30/11/09

Otariando

Mis progenitores últimamente se están aburriendo de mí, y me ponen no sé qué cosa en el televisor, para que los deje leer el periódico tranquilos, o cosas así. Y como lo que ponen está colorido y tiene buena música, lo miro, pero me parece un poco tonto y todo lo que dicen no lo entiendo porque está en no sé qué idioma. Hay unos personajes raros, dibujados, y sólo a veces ponen a un actor de verdad.

Pero encontré el modo de que no hagan más esto. De hecho, creo que está funcionando. El otro día, Esa Voz Grave se me acercó mientras miraba el bodrio que me pusieron, y cuando me empezó a hacer morisquetas y carantoñas, ni lo miré. Me hice el otario y ni pestañée. Desistió. A la media hora, ya le comentaba algo a la Vieja con cara de preocupado, y me parece que está convencido que ver eso me hace mal, me droga o me embrutece. Desde eso, que fue hace como una semana, ya no me ponen más ese disquito aburrido y repetitivo para panolis y mastuerzos. Casi no me ponen tele, de hecho. "Tarea cumplida", me dije para mí mismo.

24/11/09

Hay un Pececito León

Parece que sí, hay un pez-león. Así como lo oyen. Si quieren más información, esto sin duda puede ser muy útil a vuestra información (lástima que tenga un par de errores de ortografía -pero no nos vamos a poner demasiado exquisitos, ¿no?-. Es decir, un bicho que se robó un revuelto de gramajo con mis nombres. Pero no esto nada celoso de él: es bastante más feo que yo y, por lo visto, debe ser bastante presumido y pretencioso, con la pinta que tiene. Probablemente se mira mucho en el espejo y se preocupa por su imagen. No es mi estilo, se ve que sólo compartimos parte de la indumentaria nomenclativa, no la de otros ropajes. Nomina, sed non res. Ergo: verba, non res. Al revés del dicho, esta vez. Pero Nemo hay uno solo, chaval, por más esperpéntico que seas.

17/11/09

Día de la mugrosidad

Según una de mis tías, hay en la semana un "día de la mugrosidad", en el cual es lícito no bañarse, ducharse ni asearse de ningún modo. Esa voz grave siempre estuvo en contra de la doctrina mugrósica, y obliga -en lo poco que puede- a que me bañe todos los días. A pesar de esto, hay un día en que, como buen pececito que soy, huelo a pescado. Los jueves, fijo, hay pescado en el menú. Pero no en casa, sino en la guardería, de donde vuelvo enaromado con un indeleble e indisimulable olor ictícola. Mis padres podrán criticar todo lo que quieran, pero las cosas son como son y hasta la noche (en casa los bañamientos son entre las 7pm y las 8pm) el carácter pececil perdura e inunda un poco toda la casa.

9/11/09

Será un revival

Esa voz grave siempre me dice "Felixín, no llores más, que está pasado de moda. Ni siquiera es de la temporada del año pasado; fue de una de hace mucho tiempo".
Yo no sé qué concepción tendrá de la moda, pero me parece que no es precisamente su especialidad. En todo caso, en la nueva guardería no hago más que ver que es el furor del último momento. Más a la moda que la violencia machista o las muñecas de ojos gigantes, otras dos cosas que refuerzan la moda antes dicha: dan ganas de llorar.

5/11/09

Cambios: el saber leerlos a tiempo

Aunque haya pretensiones de cambiar algunas que otras palabras en los diccionarios, y aunque pareciera que en algunos casos lo ha conseguido, hay significados inamovibles y los clásicos signos del sueño, los de toda la vida, son y siempre fueron tres: la rascamiento ocular con el revés de la mano, el bostezo y el llanto, éste último intercambiable por el malhumor. ¿Porqué, entonces, cuando me ven cansado mis padres me preguntan qué me pasa? ¿Es que no saben leer los signos de los tiempos?

Acá va el tiempo, para que aprendan a leerlo (puede que no sea del tiempo actual, pero para aprender a leerlo da igual):