24/2/09

Me río de las torturas chinas

Sí, es evidente que mis padres quieren algo de mí, pero no sé qué. Como no entiendo su idioma no sé qué será. No sé qué es lo que los enfurece tanto, o que quieran algún secreto que ni sé qué es. Pero lo grave es cómo enfrentan el asunto. No es que no cumplan con la etiqueta y no digan mesedez*, sino que se miran con cara de cómplices maliciosos, y dicen: dámelsacamokos.**

Aunque no entienda su idioma, ésa palabra clave la reconozco: con ella comienza la tortura. Me río de las torturas chinas ¡Joé, tío, eso sí que molesta! No es que duela, es como aún peor. ¿Es que hay algo más humillante que chuparle a uno los mocos con un aparatejo tan horripimefistofélico como éste? Y después hablan de las armas químicas y esas cosas... juegos de niños serán. ¡Mecachis!

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* N. del T. Transcripción literal. En vasco, significa "por favor".
** N. del T. Transcripción literal. No he podido conjeturar su significado.

19/2/09

Vocación de amuleto chamánico

Les cuento algo que últimamente estuve pensando: tal vez yo sea un pequeño dios para mis padres. Tiene para conmigo toda una serie de liturgias y ritos raros. Algunos ejemplos: todos los días me dan con cuentagotas unas pocas gotitas de unos líquidos asquerosos; me envuelven como en el interior de una alfombra enrollada -al modo de un clásico panqueque- donde no me puedo mover; me ponen caras tontirraras en determinados momentos del día; me golpetean la espalda después de cada comida; me envuelven la cintura en algo que es como unos papeles de algodón que no me dejan circular el aire por ahí abajo y que me mantienen seco, me buscan parecidos a otros miembros de la familia, etc.

Es posible, entonces, que crean que soy una reencarnación de algún diosecito menor, o una representación del espíritu de las familias, o no sé qué cosa rara. Me siento como un amuleto manoseado por la devoción popular, y besado por todos como si tuviera superpoderes. De hecho, nada me sorprendería mucho, después de que hayan dicho que soy una estufa (se lo perdono a Joanna porque me dice Nemo o incluso Nemito, como yo quiero) y que me hayan confundido con un pequeño Buda. Además, creo que los más implicados en esto son mis propios padres, que parecen muy supersticiosos con estas cosas, como cuando instan a la gente a que me alce, en vez de dejarme reposar en paz. Intentaré averiguar un poco más sobre esto, pero ya me temo lo peor: me harán un altar al peor estilo (la frase al mejor estilo no puede usarse aquí) difunta correa.

15/2/09

Obelix

Bueno, esto del crecimiento es muy normal, y para pegar el estirón hay que acumular energías antes. A las grasas los especialistas las llaman grasas. Sí, puede que ahora esté un poco más abultado o rechoncho. Pero de ahí a lo que me dijeron hoy... ¡epa!: hay un abismo.

Andrea, una niña de tres años, jugaba conmigo. Le dijeron que me cuidara, que no me maltratara, cómo me llamo, etc. Después de un rato de carantoñas y mimitos, me espeta un: ¿y tú cuándo vas a comer, Obelix? Indignante. Hasta ganas de sepultarla bajo un menhir me dieron.

11/2/09

Morna

Morna estuvo dándoles un curso a mis padres sobre eso de ser papás, y estuvo varios días en casa. El caso es que ahora que se fue, ocupé su cuarto. Dejó un poco de su aroma, pero no es lo mismo. Como ella es especialista en hacerme dormir en sus brazos, ahora que no está más la echo de menos. Ella se reiría y me diría: es que es muy navarrito y después me preguntaría, cantando: ¿qué te pasa gaucho, qué te pasa gaucho?

A las abuelas se las quiere siempre, lo sabe todo el mundo. Si uno no quiere a su abuela debe ser un poco degenerado, ¿no?

6/2/09

Causas llantales

Esa Voz Grave cree que lloro bastante poco; la Vieja, que lloro demasiado. En parte, es porque tienen ideas un poco chanfleadas sobre lo que es un bebé: para uno un bebé es un ente que llora todo el tiempo, con pausas para comer; para el otro es una muñeca, una barbie pero con un poco más de relleno. Pues no, no se han enterado de qué va la cosa.

Además, lo importante es encontrar la causa del llanto, ¿o se creen que es porque sí? Claro, la causa la buscan, pero mal. Piensan que tengo traumas de juventud, hambre, traumas del parto, dolores de cólicos (a todo esto: ¿alguien sabe qué es un cólico?), dolores intestinales, discriminación por mi color de piel, intolerancia a la lactosa, algún virus ahí metido, traumas de otro tipo, posesiones demoníacas, sed, sueño, etc. Podrían ser todas estas cosas, pero no. Nada de eso. Hasta cierto punto cualquiera de ellas me quitaría mi actual causa de llanto: es que me aburro como nunca.

Esto es un embole total. No como nada, sólo bebo leche, no entiendo su idioma, veo mal, no puedo ni moverme un poco, ni dar paseos por mí mismo, ni.... bueno, en realidad, no puedo nada. Sólo puedo llorar. Mis mayores distracciones de no-hacer nada y de llorar han sido las pocas veces en que estornudé o tuve hipo. Debo confesar que hasta ahora esta nueva vida es bastante patética. Además, con padres tontos que no me entienden.