Mis progenitores, traidores a su Madre Patria (la mía, la verdadera y la única, la que en algún momento recuperará en su regazo a todos sus hijos pródigos y les enseñará lo que es un imperio en el que el sol no se pone nunca) así como a su madre patria (así, con minúscula, dado que es subsidiaria de la Madre Patria y porque, ¿porqué no decirlo? ningún país que se precie tiene un nombre de adjetivo y no de sustantivo, como es el caso de Ejpaña), quieren imponerme su herencia, cual si fuera un pecado original que quieren repetir en su descendencia: pretenden que yo tome mate. Y que lo haga bajo el embriago de una confusión. Sino, miren de qué coleres han puesto mi matecico de juguete:
Hace 3 años
1 comentario:
No entienden que, en realidad, tú suspiras por un buen "pa amb tomaca".
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